El Directorio Nacional de ANFUCULTURA, cumpliendo con los acuerdos de su primera Convención Nacional, reitera la solicitud hecha en marzo del 2020 al Subsecretario de las Culturas y las Artes de reemplazar como Organismo Administrador (OA) del Seguro de Accidentes y Enfermedades Profesionales a la Mutual de Seguridad, dependiente de la Cámara Chilena de la Construcción, por el Instituto de Seguridad Laboral (ISL), a objeto de ser coherentes con la función pública y contar con un aliado estratégico en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo del sector público. Varios son los argumentos para insistir con esta demanda.
ANFUCULTURA ha denunciado públicamente el actuar negligente de la Mutual de Seguridad y la escasa calidad de sus prestaciones, cuestión que se ha acentuado con la emergencia sanitaria afectando gravemente la salud de las y los trabajadores. Del total de enfermedades laborales diagnosticadas del 2019 la fecha (19), el 73,7% de los afectados no ha recibido tratamiento de las prestaciones del seguro médico, encontrándose con medidas cuyos plazos han vencido, cuestión ante la cual la Mutual de la Seguridad no ha tenido pronunciamiento.
Se suma a lo anterior la política de rechazo al reconocimiento de enfermedades laborales y que las/os trabajadores de la Subsecretaría de las Culturas y las Artes y SEREMIS. Del total de solicitudes de diagnóstico de enfermedades laborales de las y los funcionarios, el 69% son rechazadas por la mutual. De este % de rechazo, tan sólo la mitad apela a la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO), institución que reconoce una cifra importante de estas apelaciones. El resultado de esto es que deben las y los trabajadores deben esperar hasta 7 meses para esperar la respuesta de a SUSESO y recibir tratamiento para sus enfermedades laborales.
Ante este escenario, y acompañados por el equipo de ambientes laborales de nuestra institución, Mutual se comprometió en octubre del 2020 ante ANFUCULTURA a desarrollar un plan de trabajo en conjunto con el equipo del Departamento de Gestión de Personas, para garantizar el acceso a las prestaciones médicas mínimas necesarias, el cual debía ser validado por nuestra organización. Sin embargo, han trascurridos 5 meses y Mutual también se encuentra en incumplimiento de este compromiso, lo que representa una falta de respeto absoluta hacia las y los trabajadores.
Los trabajadores y trabajadoras, conscientes de la mala calidad de la prestación del seguro, prefieren costear con sus propios recursos financieros atenciones médicas y los tratamientos que de estas se derivan.
La situación descrita ha sido representada también por nuestro equipo de ambientes laborales. Sin embargo, su preocupación tampoco ha sido reactiva a la mutual de Seguridad.
Si consideramos el impacto que sobre la salud de los y las trabajadoras ha tenido la emergencia sanitaria y la crisis social en curso, hoy en día necesitamos como organismo administrador del seguro una institución que dé un trato digno y de calidad a las y los trabajadores, y no un trato de clientes de segunda o tercera categoría.